Han pasado dos meses desde que dio comienzo esta crisis sanitaria que ha conllevado graves consecuencias para todos esos comercios y empresas que no se encontraban en el entorno digital. Dos meses que nos han servido para aprender una gran lección: debemos apostarlo todo al mundo digital.
Aquellas empresas que ya disponían de canales digitales que gozaban de actividad y buena gestión, han logrado mantener sus puertas abiertas al público y seguir funcionando, cada uno a su propio ritmo. Por el contrario, aquellos comercios y empresas cuyo único canal de venta era su local físico, se han visto gravemente afectadas por esta situación. Obligados a cerrar, se han visto forzados a buscar nuevas estrategias para mantener activos a sus clientes.
Hemos aprendido que el futuro será digital. Los comercios y empresas que no cuenten con estrategias digitales (además de sus estrategias offline), van a tenerlo difícil para mantenerse. El comportamiento del consumidor cambia cada vez más rápido y esta crisis no ha hecho más que acelerar esa evolución. Existen datos que confirman que el ecommerce ha doblado su crecimiento en España durante la crisis del coronavirus, favoreciendo a muchos sectores.
Sin embargo, también hemos aprendido que somos seres sociables, más de lo que esperábamos. No hemos podido evitar intercambiar más de una frase con los comerciantes cada vez que hemos ido a comprar: hemos compartido opiniones sobre la situación, hemos hablado sobre barrio, sobre la localidad… Hemos comprobado que los temas cotidianos que habíamos olvidado durante mucho tiempo por las prisas del día a día, nos dan mucha vida. Hemos vuelto a apreciar esas pequeñas cosas que nos aporta el comercio local: la atención, la cercanía, la empatía. Y estos pequeños, pero grandes detalles, nos han abierto los ojos.
Digitalizar el tejido empresarial local.
¿Por qué ser digital?
Los datos hablan por sí solos. Si la sociedad ya priorizaba algunas de las compras online por la comodidad que suponía realizar estas gestiones, el coronavirus ha reforzado este comportamiento.
Nuestros clientes están en Internet y nosotros, como negocio, debemos estar presentes donde nuestros clientes se encuentran. Tenemos que formar parte de su entorno, pertenecer a su círculo, estar en su conversación. Necesitamos disponer de un escenario ilimitado donde nuestros clientes puedan acudir 24/7.
Esta nueva realidad a la que nos enfrentamos no nos dice otra cosa sino: adaptación. Hoy en día todo se mueve a una velocidad vertiginosa y nuestra adaptación tiene que ser igual de rápida. Afortunadamente, internet ofrece una cantidad de herramientas accesibles para todos que, bien gestionadas, pueden jugar un papel fundamental en nuestra transformación digital y favorecer con creces nuestra presencia online como comercios y empresas locales.
Cómo se presentan los próximos meses en el comercio local
Nos encontramos ante un futuro incierto. Estamos enfrentándonos a una situación que no habíamos vivido antes y la reacción de las personas es poco previsible. Lo que sí sabemos con certeza es que se acercan unos meses de mucho trabajo. Unos meses en los que debemos prepararnos para enfrentar con fuerza los meses de verano.
La batalla de estos meses será dura, por eso hay que estar más preparados que nunca. Sabemos por experiencia que competir contra los grandes es muy difícil, pero el comercio y las empresas locales tienen algo que los grandes no tienen: servicio personalizado, la conciencia del trabajo, esfuerzo del día a día y el lado emocional.
El comercio local juega con ventaja: ahora están más unidos que nunca, los ciudadanos han tomado conciencia de la importancia de mantener vivas las calles y esa es nuestra tarea principal en estos próximos días.
Son meses cruciales para resurgir con fuerza, hay que mantenese unidos, colaborando los unos con los otros, para enfrentarnos a los próximos pasos. Aunar fuerzas y estrategias tanto físicas como digitales para llegar a todos los clientes y ofrecerles lo que realmente necesitan y buscan.
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